Mientras Elon Musk presentaba el nuevo Tesla 3, un sector de la prensa bastante adulador no tardaba en anunciar que el “coche que cambiaría el mundo” podría “dominar” el mercado. En solo cuestión de días, 400.000 personas pagaban 1.000 dólares, en concepto de seña, para asegurar la reserva del vehículo.