En el año 2000 ocurrió algo extraordinario: el mundo se unió y se comprometió con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los objetivos, reducir la pobreza, luchar contra las enfermedades, mantener a los niños en la escuela, etc., se redujeron básicamente a ocho metas específicas y verificables, sujetas a una fecha límite: 2015.