Todos los años, las cumbres mundiales sobre el clima ofrecen un desfile de hipocresía, ya que la élite global llega en aviones privados para sermonear a la humanidad sobre la reducción de las emisiones de carbono. Este noviembre, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) —que se realizará en Egipto— ofrecerá una hipocresía más asombrosa de lo habitual, ya que los ricos del mundo sermonearán con celo a los países pobres sobre los peligros de los combustibles fósiles, después de devorar cantidades masivas de gas, carbón y petróleo.